Hay tantos motivos para viajar como personas. Algunos se decantan por el turismo de aventura, buscando experiencias llenas de adrenalina; los hay quienes viajan pare deleitar su paladar probando exóticas comidas o catando finos vinos; hay quienes sencillamente viajan para desconectar de la rutina y del estrés diario y solo quieren silencio, paz y un buen libro (y una bebida refrescante). Hoy, sin embargo, dejaremos algunas recomendaciones para quienes viajan buscando aprender algo, esos centros de cultura y arte que albergan obras invaluables, geniales o a veces solamente curiosas.

De este lado, Ciudad de México.

Darse un paseo por el centro de la ciudad es adentrarse en una de las ciudades más ricas en cultura del continente. A poca distancia del Zócalo puedes encontrar suficientes lugares para pasar una tarde entera, o varias. Solo con mirar al frente junto a la enorme Catedral Metropolitana, se encuentran las ruinas del Templo Mayor de los aztecas. El complejo incluye también el museo del Templo Mayor, un moderno recinto dedicado a salvarguardar no solo artefactos de índole religioso, o herramientas de trabajo y objetos de la vida cotidiana de la cultura local; sino a proteger las historias, mitos y estilo de vida de una cultura sinónimo de México. Mitos que incluyen, por ejemplo, a Coyolxauhqui, diosa lunar azteca cuyo monolito es una de las piezas más impresionantes de todo el museo.

Aunque claro, si de salvaguardar cultura milenarias se trata, no hay lugar como el Museo Nacional de Antropología, una delicia no solo a la vista sino al intelecto, con una numerosa colección distribuida a lo largo de 23 salas que hace justicia a la rica historia de los pobladores originarios de las región. Sin duda, la pieza más conocida de todo el museo es la legendaria Piedra del Sol, también conocido popularmente como el calendario azteca. Muchos vienen a visitar el museo solo por ver esta pieza en particular, pero sin duda se quedan a disfrutar de uno de los mejores museos dedicados a las culturas mesoamericanas. Hasta los fanáticos del deporte encontrarán algo cercano a sus intereses, gracias a la exhibición dedicada al mítico juego la pelota mesoamericano.

Que además el recinto este rodeado por el verdor del Bosque de Chapultepec es  un claro plus. Una verdadera joya.

De vuelta al centro, otro museo que no te puedes perder es el  Museo Nacional del Arte en la calle Tacuba, con su recorrido por cinco siglos del arte mexicano. El mismo recinto alberga el Museo del Telégrafo con la historia de este invento comunicacional en el país. Si ya pensabas que era suficiente, saber que solo al salir y mirar a la derecha es encontrarse con el mítico Palacio de Bellas Artes, a tan solo unos pocos metros del Museo Nacional del Arte. Finalmente, el centro histórico alberga un sinfín de atracciones y curiosidades, como el Museo del Diseño y el Museo de la Caricatura.

Esperamos que quede tiempo, porque aún queda una recomendación y es importante para todos los amantes del arte. En el bello e idílico barrio de Coyoacán te espera el museo dedicado a la artista mexicana más universal. Hablamos claro de Frida Kahlo, cuyo museo funciona en lo que fue su hogar y contiene no solo obras de la artista, sino objetos de su vida diaria que dan una visión íntima de su día a día.

Y del otro lado, Buenos Aires.

Damos un salto que nos lleva al otro extremo de América hasta Buenos Aires, la Reina de la Plata, la Ciudad de la Furia. Son más de quinientos años de historias contenidos en unos 230 kilómetros cuadrado, Buenos Aires ofrece diversas alternativas para los que buscan no solo disfrutar, sino cultivarse.

Para comenzar a lo grande, puedes ir hasta Avenida Libertador donde espera el imponente Museo Nacional de Bellas Artes. En su más de 100 años de historia, este museo a acumulado un patromonio artístico difícil de igualar en América Latina. Con obras de artistas de talla mundial como Van Gogh, Manet, Gaugin, Degas o Monet.

Otra de las joyas de la corona cultural bonairense es el MALBA, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Establecido hace menos de dos décadas, esta moderna institución con sede en la Avenida Figeroa Alcorta, una obra de arte en si misma cabe destacar,  se ha encargado no solo de preservar el arte de los grandes autores modernos latinoamericanos, sino también de difundir y educar en lo relativo al tema, mostrando que América Latina es cuna de grandes ideas plasmadas en grandes obras.

Si hablamos de modernidad, claro, no podemos dejar de mencionar el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, ubicado en el barrio de San Telmo en Avenida San Juan en su esquina con Defensa. Su numerosa colección, no solo en obras, artistas y movimientos artísticos comprende a autores nacionales e internacionales, además de ser sede frecuente de interesantes exposiciones temporales. Hablando del barrio de San Telmo, si se encuentra por la zona en domingo, no puede dejar pasar la oportunidad de recorrer la mítica Feria de San Telmo, que a lo largo de la avenida Defensa, es una oportunidad de ver y adquirir el trabajo de los artesanos locales y toparse con una amplia variedad de antigüedades que capturan el espíritu nostálgico de Buenos Aires.

Por supuesto, la oferta de la ciudad es muy, muy amplia. Podemos sumergirnos en la historia del país en el Museo Histórico Nacional o en el Museo Bicentenario; o conocer más sobre el más mítico de los cantantes en el Museo Casa Carlos Gardel. Puede elegir tener una tarde de aprendizaje y reflexión en el Museo del Holocausto de Buenos Aires. Quizás desee disfrutar de uno de los productos de exportación más deliciosos de la argentina, el humor, visitando el joven Museo del Humor en el moderno Puerto Madero.

La verdad es que Buenos Aires es una ciudad que mantendrá su corazón inspirado y su mente activa.