Barcelona es una ciudad maravillosa, una de las capitales europeas (y mundiales) del turismo. Millones de personas de España, Europa y del resto del mundo visitan la ciudad todos los años, especialmente durante los meses de verano, aprovechando las bondades del cálido clima del Mediterráneo y baña las playas de la ciudad, y de la poblaciones cercanas. A eso hay que sumar el encanto de la ciudad, y sus innumerables atracciones, siendo las más conocidas las obras del maestro del modernismo, Antoni Gaudí. La Sagrada Familia, la Pedrera, Casa Batlló, el Parc Guell son solo algunas de las más conocidas; pero bien podríamos sumar otras joyas de este estilo arquitectónico como el Hospital de Sant Pao, o el Palau de la Música.

Una ciudad que sabe celebrar

Es casi un cliché el decir que la gente en la península ibérica disfruta de una buena fiesta. Barcelona, evidentemente, no es la excepción. A lo largo del año, los distintos barrios que componen la ciudad condal celebran sus fiestas mayores, siendo las del barrio de Sants y las de del barrio de Gracia (ambas en agosto) las más conocidas, un par de clásicos de la ciudad que destacan por su colorido, su concurrencia y su gran número de actividades para toda la familia.

Llegado el mes de septiembre, le toca el turno ya no a un barrio, sino a toda la ciudad. La Fiesta de la Merced (La Mercé en catalán) es la fiesta mayor de Barcelona, una celebración que se extiende por los espacios más amplios y conocidos de la ciudad, y que incluye un gran número actividades que puede consultar aquí. Hablamos de música, baile, deportes, tradiciones, y mucha, muchísima luz. La Mercé transforma, literalmente, a Barcelona en un espacio de celebración. Los rincones más conocidos se tornan en recintos que albergan numerosos espectáculos, desde los más tradicionales a aquellos que fusionan imaginación y tecnología. ¿Y lo mejor? Que es gratuita.

Visitar Barcelona durante La Mercé es descubrirla en plena efervescencia, justo en los días cuando el verano se despide y el otoño con su clima más fresco comienza a apoderarse de la ciudad, y a tornarla del verde vivo de agosto a los ocres, marrones y rojos que caracterizan la estación.

Más allá de Gaudí.

Sí, ir a Barcelona y no darse un gusto en Passeig de Gracia es hacer una visita incompleta; tanto como no dar un paseo por el Barrio Gótico, el Raval o el Born, que componen la Ciudad Vieja. Pero la Mercé ofrece algunas oportunidades que no son comunes durante el resto del año. Por ejemplo. los castellers.

¿Qué son los Castellers? Qué bueno que lo preguntan. Mezcla de arte, deporte y tradición. Consiste en la construcción de torres humanas, o castels (castillos), elaboradas en distintos niveles de dificultad que dependen de la cantidad de personas por piso, número de pisos y “accesorios” del castillo. Son verdaderas proezas de fuerza, disciplina, orden y valor, especialmente de aquellos que suben a los niveles más altos para completar el castel.

Si va a Barcelona durante las fiestas de la Mercé, no pierda la oportunidad de disfrutar de este espectáculo (declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por UNESCO); de animar a las “colles castelleres” y hasta de formar parte de la “pinya”, o la base del castillo, en la que no es inusual ver a espectadores colaborando activamente.

Si por casualidad lo suyo es el deporte, entonces la Mercé también algo para usted. Claro, lo propio en Barcelona es poder asistir a un partido de alguno de los dos equipos de Primera División de la ciudad, el Espanyol o el FC Barcelona. Pero durante la fiesta mayor, la ciudad celebra la tradicional Cursa de la Mercé, una carrera de 10 kilómetros que recorre las principales vías, con inicio y final junto a Plaça Espanya. Si usted es aficionado al running, no pierda la oportunidad de ver a miles de corredores recorrer la ciudad en esta fiesta atlética que, además, este año se suma a las celebraciones de los 25 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Eso, claro, es una invitación a no dejar de visitar el Anillo Olímpico en Montjuic, que incluye además de los imponentes recintos de aquella competencia, el Museo Olímpico de la ciudad.

Un final por todo lo alto.

Ahora, si le gustó la Plaza España, no querrá perderse del espectáculo de las Fuentes Mágicas de Montjuic, a solo unos pocos metros de distancia. Una sinergia de movimiento, color y sonido dan vida a uno de los espectáculos más bonito que la ciudad ofrece, completamente gratuito además, solo necesitará su cámara y sus ganas de disfrutar. Además, el acceso es sumamente sencillo, solo hay que tomar el metro hasta la estación Plaça Espanya de las líneas L1, L3 y L8.

Claro, si de espectáculos de luz, color y sonido se trata, pocas cosas se comparan con el gran final de las fiestas, el tradicional Piromusical de la Mercé. Acérquese de nuevo (y temprano, se llena pronto la zona) a la Avenida Reina María Cristina, junto a Plaça Espanya y las Fuentes Mágicas de Montjuic, y disfrute del broche de oro que dice adiós a las fiestas hasta el año que siguiente. Fuegos artificiales, música, luces; el piromusical es un show de luz y color inolvidable, una celebración que se convertirá en recuerdo y una invitación a regresar el año que viene.

Puedes conocer más sobre este y otros destinos en nuestra Guía de Viajes de Septiembre.