Ya en nuestra entrada anterior comenzamos a hablar de la celebración del comienzo del año por excelencia: el carnaval. Abrimos la serie en el norte, comentando algunos detalles sobre el Mardi Gras, la celebración de carnaval en Nueva Orleans (Estados Unidos), por lo que hoy toca dar un salto dentro del mapa mundi y moverse a latitudes más australes, hasta llegar al gigante de América Latina, y a la que, seguramente, es una de las celebraciones más famosas del mundo (carnaval o cualquier otra): el Carnaval de Río de Janeiro.
Si en Nueva Orleans son los krews los encargados de organizar lo relacionado al Carnaval, en Río de Janeiro son las Escuelas de Samba las protagonistas de la semana de fiesta, la cual inicia el viernes antes del miércoles de cenizas y termina dicho miércoles (en 2018 del 9 al 14 de febrero). Durante los días de celebración, las distintas Escuelas de Samba desfilan a lo largo del famoso Sambódromo, acompañados de música, carrozas, disfraces, cantantes, bailarines y coreografías preparadas a lo largo del año especialmente para este día. Las Escuelas suelen desfilar por grupos o categorías, siendo las pertenecientes al Grupo Especial que desfilan el domingo y el lunes las más esperadas por las 90.000 personas que alberga el Sambódromo, una obra del famoso arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, fallecido en 2012.
Cada escuela es minuciosamente evaluada en cada detalle de su presentación, la cual se apega a una serie de reglas y tradiciones que incluyen desde el tiempo de desfile, hasta el orden de los elementos presentados, coherencia temática, ritmo, calidad musical, lenguaje, entre otros. Por si alguien dudaba del valor del triunfo y el carácter competitivo del desfile, basta con saber que entre los distintos grupos (del E al A, al Especial) existe un sistema de ascenso y descenso no muy distinto al que existe en las ligas de fútbol más importantes del mundo. Además, el ganador y los mejores puntuados del Grupo Especial (junto al ganador del Grupo A que asciende) realizan un último desfile el sábado después del miércoles de cenizas llamado el Desfile de los Campeones, una celebración sin carácter competitivo en la que las Escuelas repiten su espectáculo.
Por supuesto, Rio de Janeiro es mucho más que su Carnaval. Com otras grandes ciudades, la lista de atracciones y cosas que hacer es casi interminable y sería merecedora de varias entradas en nuestro blog. Comenzando por sus bondades naturales que incluyen sus playas como la legendaria Copacabana, sus parques como Tijuca y sus colinas como el famoso Pan de Azúcar; pasando a sus monumentos como el mítico Cristo del Corcovado, o sus museos, sus iglesias e incluso sus estadios de fútbol, una pasión nacional que encuentra en el grandioso Maracaná un templo para este deporte, sede de dos finales de Copas del Mundo, la más reciente en 2014.
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